Sin duda alguna la Transformación Digital fue uno de los grandes protagonistas del 2018. La visión que surgió hace unos pocos años sobre el impacto que la tecnología podría tener en nuestros negocios, se ha convertido en una evidencia clara y nítida.
El 2018 ha sido el año en el cual una parte importante de las empresas españolas han constatado la necesidad de emprender un camino hacia un nivel de competitividad superior apoyándose en las tecnologías digitales. A medida que las empresas lanzan sus planes de Transformación Digital, es más evidente que los proyectos deben estar apoyados por otros aspectos adicionales a los meramente tecnológicos. Es aquí donde la Estrategia y Cultura de la empresa jugarán un papel vital para la exitosa ejecución de la transformación.
Arranca el 2019 y ya tenemos las agendas repletas de nuevos planes y metas, donde la Transformación Digital ocupará de nuevo un lugar destacado. Las compañías se encuentran en pleno proceso de evolución, y tras varias lecciones aprendidas, es necesario seguir trabajando para dar respuesta a las acciones que se han puesto en marcha durante los meses previos. Desde xabet, basándonos en los proyectos que nos rodean, las más de 300 empresas que han pasado por nuestro Digital Maturity Index (DMI) y en nuestra experiencia en el sector, queremos compartir nuestra visión de las tendencias que orientarán la Transformación Digital de nuestra industria durante el 2019:
1-El equipo directivo será el líder incuestionable de la Transformación Digital:
Tras un largo periodo en el que la Transformación Digital ha sido comprendida desde una perspectiva puramente tecnológica, los equipos directivos finalmente han sabido interpretar su papel dentro de esta cuarta revolución industrial, abriendo paso a un enfoque basado en la estrategia. Los departamentos de IT seguirán siendo importantes, ligados a la ejecución, siendo el equipo directivo quien tome el mando y quien conduzca el cambio desde la visión del negocio. Liderarán los planes de digitalización de forma clara y contundente, con IT como un facilitador. Como resultado, la Transformación Digital será entendida como una de las líneas estratégicas de la empresa, actuando transversalmente sobre todos los procesos que conforman la compañía.
2-La cultura de empresa continuará siendo la piedra en el zapato:
Los estudios realizados durante el 2018 no dejan lugar a dudas, la cultura seguirá siendo la asignatura pendiente durante este próximo año. El desequilibrio es notable entre los tres pilares de la transformación -estrategia, cultura y tecnología- siendo la tecnología la vertical donde mayor esfuerzo se ha dedicado hasta la fecha y la cultura de empresa la mayor olvidada. La estrategia de negocio se encuentra en punto medio, pero las perspectivas son más optimistas, dado que a lo largo de 2018 han sido muchas las empresas que han dado pasos en sus organizaciones contemplando la Transformación Digital como parte de la estrategia global.
Las compañías deberán afianzar su cultura con el objetivo de poder traccionar los proyectos digitales apropiadamente. Es necesario que las personas que conforman la empresa se involucren e impulsen la transformación, para poder sentar las bases del cambio dentro de la compañía y asegurar que estas perduren en el tiempo. No obstante este cambio requerirá de mayor tiempo y 2019 no será el año en el que se perciba una madurez suficiente para asentar el pilar cultural dentro de la transformación.
3-Transformación Digital enfocada, fragmentada y llevada a la práctica:
Son muchas las compañías que han trazado sus líneas estratégicas digitales a largo plazo durante estos últimos meses. No obstante, la capacidad de poder llevar a cabo dichos planes se ha visto cuestionada, fruto de la magnitud de los mismos y la dificultad de poder ejecutar acciones de manera ordenada y con resultados satisfactorios. Esto ha llevado a muchas empresas a la frustración, perdiendo la confianza en la transformación.
El 2019 traerá consigo un nuevo enfoque, donde las compañías comenzarán a fragmentar sus planes en proyectos más limitados que desarrollarán de manera ágil e iterativa. De esta manera, verificarán su eficacia a corto plazo y podrán industrializar las soluciones con inversiones más reducidas. En resumen, se dará un salto notable de la teoría a la práctica, y la industria comenzará avanzar en su transformación con casos de éxito tangibles. Think big but start small.
4-Del I+D al producto. La escalada:
Probablemente una de las lecciones mejor aprendidos durante los últimos dos años, y sobre todo en este último 2018 ha sido que los proyectos de I+D no se integran solos en las organizaciones. Las empresas necesitan de partners que les ayuden a “industrializar” determinados hallazgos o resultados derivados de proyectos de I+D y centros tecnológicos. El famoso escalado de los proyectos: pasar de un producto mínimo viable, prototipo o piloto, a un entorno de producto.
Este paso será decisivo, y veremos alianzas interesantes entre empresas grandes, pymes, startups, centros de investigación… El mercado ha entendido que el verdadero reto de los proyectos ligados a la transformación no es el I+D a secas, sino su industrialización y escalado para que se integre en los proceso de la empresa. Y este proceso además de más complejo, es un proceso en el que se requiere una inversión acorde al reto que las empresas empiezan a presupuestar para los años 2019 y 2020.
5-La mejora de los ratios operativos como prioridad:
La Transformación Digital ha llevado diversos ritmos y tendencias en los diferentes sectores, siendo el industrial uno de los más rezagados en comparación con la banca, los servicios, la telefonía, el entretenimiento o la movilidad urbana. Una de las principales razones ha sido la falta de foco generalizada, ya que las tendencias digitales no han sido tan claras y evidentes como en otros sectores. Esto ha llevado a la industria a divagar entre diferentes objetivos, repartiendo esfuerzos y obteniendo dudosos resultados. Sin embargo, la tendencia para el próximo año muestra una línea unánime hacia la mejora de la eficiencia operativa, siendo los procesos internos de la compañía el foco de optimización principal. La industria ha percibido la necesidad de prepararse primero internamente para poder proveer de nuevos servicios a los clientes en el futuro.
6-La democratización de la inteligencia artificial:
Hablar de inteligencia artificial en términos generales resulta complicado, ya que alberga infinidad variantes y matices según su aplicación. No obstante, la realidad muestra que la inteligencia artificial ya forma parte de nuestras rutinas diarias y que viene para quedarse. Esta realidad también se percibirá en la industria, donde la gran mayoría de los proyectos de transformación vendrán de la mano de necesidades predictivas y de análitica avanzada de datos. Las compañías empiezan a comprender su potencial y a detectar procesos aptos para su aplicación con generación de retorno clara. La inteligencia artificial y sus derivadas como el machine learning por ejemplo, han dejado de ser ciencia ficción para los equipos de dirección, que pasarán a tenerlo como un activo más en sus planes estratégicos. Este efecto producirá movimientos en el mercado: adquisiciones, alianzas y colaboraciones entre pymes, grandes empresas y empresas de base tecnológica de tratamiento de datos e inteligencia artificial, con un foco claro en el negocio y los casos de uso. Estos actores que permitirán industrializar soluciones de inteligencia artificial de manera dinámica y sencilla jugarán un papel crucial en los planes de digitalización de las compañías.
7-El CEO digital:
Cuando parece que los Chief Digital Officers (CDO) o responsables de proyectos de transformación empiezan a tomar posición, sus puestos empiezan a tener fecha de caducidad.
La magnitud e importancia de la Transformación Digital para la competitividad de las empresas será tal, que los futuros CEOs de muchas compañías tendrán que tener una base digital cuanto menos sólida. Puede que en 2019 comencemos a ver algunos movimientos en esta línea, con el nombramiento de CEOs que procedan de movimientos digitales o del puesto de CDO en aquellas empresas maduras digitalmente en fase diferenciadora. Sin embargo, necesitaremos 2 o 3 años más para asentar estos cambios que ya empiezan a brotar y a ser parte de las agendas de los directivos y accionistas.
La figura del CDO se irá apagando en los próximos años una vez se interiorice la propia Transformación Digital como un elemento clave en los planes estratégicos de la empresa, e impregne la cultura de la misma dando paso a nuevos retos empresariales.
8-Presupuestos acorde:
Tal como anticipábamos anteriormente, el 2019 verá cómo los proyectos piloto escalan y se industrializan en las compañías que quieren avanzar en su transformación. Las empresas son conscientes de que con presupuestos pequeños y fragmentados, la transformación digital no avanza e incluso genera frustraciones y falsas expectativas. Es por ello, que durante los últimos meses, las empresas concienciadas en su competitividad y en ser un actor relevante en el mercado han equilibrado sus presupuestos, dotando a la industrialización de iniciativas digitales de presupuestos acordes al reto para este 2019 y con miras también al 2020 y 2021.
9-El auge de las “soft skills”:
Uno de los principales retos que presenta la transformación es el desarrollo y retención del talento digital. El futuro del trabajo estará liderado por nuevos perfiles que nunca antes habían existido, como consecuencia de las diversas necesidades que exige la Transformación Digital.
Abrumadas por el acelerado progreso tecnológico, las empresas han centrado sus esfuerzos en buscar perfiles con conocimiento técnico que les permita seguir la estela de los avances digitales. No obstante, es esencial que las compañías también identifiquen internamente a los perfiles facilitadores del cambio, enfatizando las competencias sociales que pueden influenciar e impulsar la cultura interna. Durante el 2019, las empresas tratarán de complementar sus capacidades enfocándose en las denominadas “soft skills”, fomentando actitudes como la comunicación, el liderazgo o el trabajo en equipo, con el objetivo de engranar y promover los proyectos más técnicos.